S. SIMACO (498-514) Nació en Cerdeña. El mismo día de su coronación fue elegido también el antipapa, el arcipreste Lorenzo. Sin embargo Teodorico, al que habían consultado, decretó la legitimidad de la elección de Símaco.
Lorenzo no se rindió y luchó con todas sus armas, sin excluir la calumnia. La controversia se resolvió con un concilio de 125 obispos, que volvió a confirmar a Símaco. Esta historia de la elección, de las acusaciones y de las calumnias por la parte adversaria le tuvo ocupado durante muchos años y le hizo la vida difícil.
Se opuso y excomulgó al emperador Anastasio, porque apoyaba a Acacio y porque le había tratado con arrogancia, sin haber evitado recurrir a la injuria.
Embelleció Roma con la construcción de nuevas iglesias y palacios. A él le atribuyen además, la construcción del primer núcleo de lo que sería luego el palacio Vaticano, donde residieron los papas a su regreso de Aviñón. Declaró legítimo poseer bienes eclesiásticos y otorgó el usufructo al clero.
1.-UN PONTIFICADO BAJO AMENAZA CONSTANTE.( 498-514)
El Papa san Símaco fue un pontífice que ejerció su pontificado sometido a la amenaza de verse desplazado de su sede por varios antipapas.
Tal amenaza tuvo su origen en el mismo momento de su acceso a la sede romana, el Liber Pontificalis inmediatamente después de decirnos que Simaco era natural de Cerdeña, hijo de Fortunato y que ejerció su pontificado bajo el reinado de Teodorico y Anastasio Augusto desde el 22 de noviembre del 498 al 19 de julio del año 514, pasa a narrarnos las vicisitudes de su elección. Traducimos directamente del Liber Pontificalis :
“1.- Éste ( Símaco) fue consagrado el mismo día que Lorenzo, Símaco en la basílica constantiniana y Lorenzo en la basílica de santa María la Mayor.
2.-Por este motivo el clero y el senado se encontraron divididos unos de parte de Símaco y otros de parte de Lorenzo. Y reflexionando sobre ello, acordaron las dos partes que ambos fuesen a Ravena a someterse al juicio del rey Teodorico. Cuando ambos llegaron a Ravena el rey dio este juicio justo: que se sentase en la sede apostólica quien hubiese sido consagrado el primero y por mayor número de electores. Se reconoció que estas justas condiciones se dieron en la elección de Símaco. A poco de esto el papa Símaco reunió un sínodo y por motivos de misericordia nombró a Lorenzo obispo de la sede de la ciudad Nucerina.
3.- Pero a los cuatro años algunos del clero y otros del senado principalmente los senadores Festo y Probino movidos por los celos, acusaron a Símaco de haber cometido crímenes y sobornaron a varios testigos a los que enviaron a Ravena al Rey Teodorico, acusando al bienaventurado Símaco de crímenes varios y de manera oculta , después difundir un libelo por la ciudad de Roma, trajeron a Lorenzo; y de esta forma renovaron el cisma y de nuevo se dividió el clero, unos a favor de Símaco y otros a favor de Lorenzo. Entonces los senadores Festo y Probino dieron a conocer al rey estos hechos y trabajaron para que el rey viniese a Roma y diese la sede apostólica. Entonces el rey se la dio a Pedro obispo de la ciudad de Altina, haciendo algo que estaba prohibido por los cánones.
4.- Entonces Símaco reunió un sínodo de 115 obispos que lo absolvió de los falsos crímenes y lo repusieron en la sede apostólica y condenaron a Pedro Altinas como invasor de la sede apostolica y persuadieron a Simaco a que repusiese a Lorenzo en su sede. Después Símaco fue reintegrado a su sede por todos los obispos y por todo el clero llevándolo con gran honor y gloria a que se sentase en la silla del bienaventurado Pedro.
5.- Al mismo tiempo los Senadores Festo, cabeza del senado y Probino, comenzaron a luchar, dentro de la ciudad de Roma, contra otros senadores y especialmente contra Fausto. Cometieron, llevados de la envidia , muchos crímenes contra el clero. Y los que se relacionaban justamente y de forma pública con el bienaventurado Símaco cuando los encontraban por la ciudad los decapitaban; y también a muchas religiosas y vírgenes sacándolas de los monasterios o de sus casas después de desnudarlas las atormentaban afligiéndolas con torturas criminales; y cada día en medio de la ciudad atacaban a la iglesia con toda clase de violencias. También mató a muchos sacerdotes entre ellos a los presbíteros Dignisimo y Gordiano a quienes decapitaron después de llevarlos azotándolos desde san Pedro ad vincula a san Juan y a san Pablo; y no había ninguna seguridad de andar por la ciudad ni de día ni de noche ni para el clero y ni para. muchos cristianos. Sólo Fausto luchaba a favor de la iglesia.”
El texto anterior habla de dos Sínodos celebrados en Roma por el Papa en el primero, como se ha dicho se nombró a Lorenzo obispo, y en el segundo llamado el “El Synodus Palmaris celebrado el 23 de octubre del 502 y convocado por el Papa se decretó que ningún poder humano podía enjuiciar al Papa, siendo esta convicción de Símaco la que le llevó a negarse a comparecer ante el Teodorico cuando este llegó a Roma llamado por Festo.
Estos hechos nos hablan de la situación en la que se encontró la iglesia después del decreto constantiniano luchando por no verse sometida por los poderes temporales que a toda costa querían intervenir e intervenían en los asuntos eclesiásticos, unas veces por la demanda de los mismos eclesiásticos y otras contra su s deseos.
2.- UN TESTIGO DE EXCEPCIÓN.
Por estas fechas llegó a Roma el que posteriormente sería el gran fundador del monacato en occidente san Benito de Nursia.
No tenía Benito más que veinte años cuando llegó a Roma acompañado por su fiel nodriza Cirila.
Precisamente en el año de su llegada -el 500- Teodorico, que tenía su residencia en Rávena, decidió trasladarse a Roma con el fin de intervenir en el tema del papado. Benito fue testigo de la entrada triunfal del rey ostrogodo en la Ciudad Eterna.
El Papa -san Símaco-, el Senado y el clero entero salieron a su encuentro con pompa extraordinaria. Teodorico, aunque arriano, deseoso de captarse las simpatías de la muchedumbre, fue a postrarse ante la tumba de san Pedro, y, después en el Foro, arengó al pueblo prometiendo respetar sus derechos y leyes.
En esta ocasión pudo conocer Benito el esplendor del mundo, al que muy pronto habría de renunciar.
También en Roma pudo observar la turbulenta situación por la que pasaba la Iglesia a la que nos hemos referido anteriormente.
La estancia de Benito en Roma duró el tiempo suficiente para adquirir una buena cultura, sobre todo en las ciencias sagradas, Sagrada Escritura y literatura patrística y monástica. Pero no terminó los estudios.
El espectáculo inmoral de Roma, que, aunque hacía ya cerca de dos siglos que había abrazado oficialmente el cristianismo, era todavía pagana en sus costumbres, le produjo tal disgusto que decidió retirarse a la soledad. En medio de este ambiente, sintió un deseo imperioso de dejar el mundo para dedicarse al servicio de Dios. Según cuenta su biógrafo san Gregorio I Magno: Como viese a muchos de sus compañeros precipitarse por la sima del vicio, temiendo para sí lo que veía en los demás, determinó retirar del mundo el pie que apenas había puesto.
En cuanto a los peligros que corrían en Roma los jóvenes en los años inmediatamente anteriores de la llegada de Benito, san Paulino de Nola, escribiendo a Lucencio, que había tenido de maestro de retórica a san Agustín, le dice: Roma hoy día, ¡ay!, es mala consejera, capaz de derribar a los más robustos. Pero hijo mío, yo te lo suplico, ten siempre delante de los ojos al Padre Agustín en medio de la corrupción de la ciudad; pensando en él, franquearás sano y salvo los mil peligros de esta vida frágil.
3.- LA ACTIVIDAD PONTIFICAL DE SIMACO.
A pesar de esta situación el Papa en los periodos más tranquilos de su pontificado llevó a cabo una gran actividad con repercusiones en toda la iglesia.
El Liber Pontificalis dice que el Papa Símaco logró expulsar a los maniqueos de Roma y quemar sus libros, a las puertas de la basílica constantiniana de san Pedro, esto dice que ocurrió durante . Fuit autem a consulatu Paulini (498) usque ad consulatum Senatoris (514). Durante los consulados de Paulino en 498 hasta el de Senatorias en 514.
Habla también el Liber de que el Papa ejerció la caridad con muchas iglesias africanas que estaban siendo perseguidas: Este durante todo el tiempo de su pontificado ayudo a las iglesias de Africa y Sardes, enviando dinero a los obispos que estaban exiliados y hasta los proveía de ropa. A los que estaban cautivos por diversas provincias, de Liguria y Mediolano , los redimió pagando su rescate multiplicando su ayuda enviándoles regalos.
En Roma Item ad beatum Petrum et ad beatum Paulum et ad sanctum Laurentium pauperibus habitacula construxit. Construyó junto a las basílicas de los santos Pedro Pablo y san Lorenzo lugares de acogida para los pobres.
En otro orden de cosas el Liber Pontificalis habla también de las numerosas obras que realizó en las diferentes basílicas romanas, embelleciendo a unas y construyendo otras.
Ordenó a 92 presbíteros, a 16 diáconos y 117 obispos de diversos lugares.
4.- COMUNICACIÓN CON LAS IGLESIAS A TRAVÉS DE SUS CARTAS.
Del papa Símaco se conserva una buena colección de cartas unas 16 en total. La mayor parte de ellas escritas a obispos que se habían dirigido a él consultándole algunas cosas y otras corrigiendo determinadas actuaciones .
Así en una carta a Aenio ( carta I) obispo Arelatense le dice que él y el obispo de Viene informen a dos personas acerca de su desavenencias y los envían a Roma para que él decida.
En la carta 6ª contesta a una que le ha escrito el obispo Cesareo haciéndole unas preguntas sobre diversas materias, el papa le contesta y en el comienzo de la carta hace un resumen de sus respuestas:
1- Que los bienes de la Iglesia no se vendan. 2.- que nadie reciba honores y recompensas por el cumplimiento de sus obligaciones ni para otorgar lo que le pidan. 3.- que los laicos sean odenados de presbíteros pasando antes por los grados inferiores. 4.- que los raptores de la viudas y vírgenes sean excomulgados.5.- Que la viudas y vírgenes que hayan hecho voto de castidad no se les permita casarse. 6.- Que nadie acceda al episcopado elegido por los que le rodean.
Hay una carta muy extensa que le escriben los obispos orientales en la que le piden que los herejes que hayan renunciado a sus herejías sean recibidos en la comunión de la iglesia y de este modo se logre el fin del cisma.
Hay también un Decreto en el que Símaco habla de que todos los arrepentidos sean admitidos a la penitencia, pero que si se trata de un presbítero que haya cometido una fornicación debe ser excluído del ministerio y hacer penitencia hasta el fin de sus días.( Cf. P.L. volumen 062 y Thiel, Epp. Rom. Pont.)
SEPULTADO JUNTO A LA TUMBA DE SAN PEDRO.
5.- MUERTE Y SEPULTURA.
. Qui etiam sepultus est in basilica beati Petri apostoli, XIIII kal. Aug. Et cessauit Episcopatus.. “
“ Fue sepultado en la basilica del bienaventurado Pedro Apóstol cesando en su episcopado el 19 de julio del 514.”
San Símaco (Symmachus): Serdeña; Noviembre 22, 498 - Julio 19, 514. Nació en Serdeña. Elegido el 22.XI.498, murió el 19.VII.514. Consolidó los bienes eclesiásticos, llamándolos beneficios estables a usufructo de los clérigos. Rescató todos los esclavos dándoles la libertad. Se le atribuye la primera construcción del Palacio Vaticano
San Símaco (c. 450-514), papa (498-514). Nacido en Cerdeña y bautizado en Roma, era diácono cuando, en el 498, falleció el papa Anastasio II (cuya política en relación con el Cisma Acaciano fue muy impopular). Símaco resultó elegido para sucederle por la mayor parte del clero romano antibizantino, pero una facción minoritaria eligió al arcediano Lorenzo. Ambas partes apelaron al rey ostrogodo Teodorico I el Grande, que decidió en favor de Símaco. No obstante, el pontificado de Símaco hasta el 506 se caracterizó por tener que hacer frente a los numerosos ataques que sufrió tras su elección. Incluso, un sínodo celebrado en Roma en el 501 decidió que las discrepancias existentes tendrían que ser solventadas ante el tribunal de Dios, pues ningún ser humano podía decidir acerca de quién debía ocupar el trono de san Pedro. Finalmente, en el 506, y gracias al decidido apoyo que Símaco recibió en todo momento de Teodorico I, esta situación cismática fue solucionada tras la renuncia de Lorenzo. Símaco no pudo, en cambio, cicatrizar las diferencias existentes entre Roma y Constantinopla, agravadas por el declarado monofisismo del emperador bizantino Anastasio I.
Su festividad se celebra el día 19 de julio.