(en latín, Pius PP. IX), nacido como Giovanni Maria Battista Pellegrino Isidoro Mastai Ferretti
Su pontificado de 31 años, 7 meses y 22 días –desde el 16 de junio de 1846 hasta su muerte en febrero de 1878–, ha sido el segundo más largo de la historia de la Iglesia, o el más largo si se descarta el de Simón Pedro, cuya duración es difícil de determinar. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000 junto a Juan XXIII.
PREVIO A SU PAPADO
Sus primeros años.
Luego de recibir la educación clásica en el Colegio Piarista en Volterra entre 1802 y 1809, fue a Roma a estudiar Filosofía y Teología, pero partió en 1810 debido a disturbios políticos. Regresó en 1814 y para dar gusto a la voluntad de su padre, pidió ser admitido en la Guardia Noble del Papa.
Debido a que sufría ataques epilépticos, no fue admitido y, entonces siguiendo el deseo de su madre y su propia inclinación, estudió teología en el seminario romano de 1814-18. Mientras tanto, su enfermedad cesó y pudo ser ordenado sacerdote el 10 de abril de 1819. Pío VII lo nombró director espiritual del orfanatorio popularmente conocido como "Tata Giovanni," en Roma y en 1823 lo envió como auditor del delegado apostólico ante Chile, Mons. Muzi. A su regreso, fue creado canónigo de Santa Maria in Via Lata y director del gran hospital San Michele por León XII. El mismo Papa lo nombró Arzobispo de Espoleto el 21 de mayo de 1827. En 1831 cuando 4000 revolucionarios huyeron del ejército austriaco y amenazaron con lanzarse sobre Espoleto, el arzobispo los persuadió de deponer las armas y desbandarse, indujo al comandante austriaco a perdonarlos y les dio suficiente dinero para regresar a sus hogares. El 17 de febrero de 1832, Gregorio XVI lo transfirió a la diócesis de Imola y el 14 de diciembre de 1840 fue creado cardenal presbítero con la iglesia titular de Santi Pietro e Marcellino, después de haberlo reservado in pectore desde el 23 de diciembre de 1839. Permaneció en la diócesis de Imola hasta su elevación al papado. Su gran caridad y amabilidad lo hicieron amado por la gente, mientras que su amistad con algunos revolucionarios, le ganó fama de liberal.
Su elección.
Batalla contra el falso liberalismo.
Es sorprendente el valor con el que peleó, en medio de muchas y graves pruebas, contra el falso liberalismo, el cual amenazaba con destruir la esencia de la fe y la religión. En su Encíclica “Quanta Cura” del 8 de diciembre de 1864, condenó dieciséis proposiciones que tocaban errores en la época. Esta encíclica fue acompañada por el famoso “Syllabus errorum,” una tabla de ocho proposiciones previamente censuradas que caían en panteísmo, naturalismo, racionalismo, indiferentismo, socialismo, comunismo, francmasonería y varios tipos de liberalismo religioso. A pesar de los malentendidos que se combinaban con malicia para representar al Syllabus como una guía de cerradez religiosa y cobarde servilismo a la autoridad papal, dio un inestimable servicio a la Iglesia y a la sociedad en general al desenmascarar el falso liberalismo que había empezado a derramar su sutil veneno en el mero centro del Catolicismo.
Previamente, el 8 de enero de 1857, había condenado los escritos filosófico-teológicos de Günther y, en muchas ocasiones abogó por un regreso a la filosofía y teología de Sto. Tomás.
Su promoción de la vida interna de la Iglesia.
Durante toda su vida fue muy devoto de la Santísima Virgen. Ya por 1849, cuando estaba en el exilio en Gaëta, envió cartas a los obispos de la Iglesia, pidiéndoles sus puntos de vista con respecto a la Inmaculada Concepción y, el 8 de Diciembre de 1854, en presencia de más de 200 obispos, proclamó la Inmaculada Concepción de la Virgen María como un dogma de fe de la Iglesia. También promovió la devoción al Sagrado Corazón y el 23 de septiembre de 1856 y el 23 de septiembre de 1856, extendió su festividad a todo el mundo con el rito de un doble mayor. A su instancia, el mundo católico fue consagrado al Sagrado Corazón de Jesús el 16 de junio de 1875. También promovió la vida interna de la Iglesia por medio de muchas regulaciones litúrgicas importantes, varias reformas monásticas y especialmente por un numero sin precedentes de beatificaciones y canonizaciones.
Convocatoria del Concilio Vaticano.
El 29 de junio de 1869, publicó la Bula “Æterni Patris,” convocando el Concilio Vaticano, el cual inauguró en la presencia de 700 obispos el 8 de diciembre de 1869. Durante su cuarta sesión solemne, el 18 de Julio de 1870, la infalibilidad papal fue hecha un dogma de fe. (Ver CONCILIO VATICANO I).
Nombramientos y fundaciones.
El sano y extenso crecimiento de la Iglesia durante su pontificado se debió principalmente a su generosidad. Nombró para las posiciones eclesiásticas importantes solo a aquéllos que fueran famosos tanto por su piedad como por su sabiduría. Entre los grandes cardenales que creó estuvieron: Wiseman y Manning de Inglaterra; Cullen de Irlanda; McCloskey de los Estados Unidos; Diepenbrock, Geissel, Reisach y Ledochowski de Alemania; Rauscher y Franzelin de Austria; Mathieu, Donet, Gousset y Pita de Francia. El 29 de septiembre de 1850, reestableció la jerarquía católica en Inglaterra erigiendo la Arquidiócesis de Westminster, con las doce Sedes sufragáneas de Beverley, Birmingham, Clifton, Hexham, Liverpool, Newport y Menevia, Northampton, Nottingham, Plymouth, Salford, Shrewsbury y Southwark. La amplia conmoción causada por este acto entre los fanáticos ingleses, fomentada por el Primer Ministro Russel y el London Times, temporalmente amenazó en resultar en una abierta persecución a los católicos. El 4 de marzo de 1853, restauró la jerarquía católica en Holanda erigiendo la Arquidiócesis de Utrecht y las cuatro Sedes sufragáneas de Haarlem, Bois-le-Duc, Roermond y Breda. (Ver INGLATERRA y HOLANDA).
Animó la conveniencia de los sínodos provinciales y diocesanos en varios países y estableció en Roma el Colegio Latinoamericano en 1853 y el Colegio de los Estados Unidos de América, sufragando él mismo los gastos, en 1859.
Muerte
Pío IX logró vivir lo suficiente para presenciar la muerte de su antiguo adversario, Víctor Manuel II de Italia en enero de 1878. Tan pronto como se enteró de la gravedad de la situación del rey, Pío IX lo absolvió de todas las excomuniones y otras penas eclesiásticas. El propio Pío IX murió un mes después, el 7 de febrero de 1878 a las 5:40 de la tarde, de una epilepsia que dio lugar a un repentino ataque al corazón, mientras rezaba el rosario con sus colaboradores
Sus últimas palabras fueron: «Guarda la Iglesia a la que tanto amé y sagradamente», según lo registrado por los cardenales de rodillas al lado de su cama
Su cuerpo fue enterrado inicialmente en las grutas vaticanas, pero se trasladó en procesión la noche del 13 de julio de 1881 a la Basílica de San Lorenzo Extramuros, tal y como él mismo había señalado en su testamento. Cuando el cortejo se acercaba al río Tíber, un grupo de romanos anticlericales amenazó con lanzar el ataúd al río. Solo la llegada de un contingente de la milicia libró al cuerpo de Pío IX de semejante acto.15
Durante casi treinta años, los restos de Pío IX descansaron en un sepulcro construido por Raffaele Cattaneo (it), cuya lápida ostentaba la frase «Ossa et cineres Pii IX papae. Orate pro eo» («Huesos y cenizas del papa Pío IX. Rogad por él»). El 28 de junio de 1956, se llevó a cabo la exhumación del cuerpo para verificar su incorruptibilidad, tras la cual fue reubicado en una capilla próxima al altar de la basílica de San Lorenzo para veneración pública.
Conclusión.
El suyo fue el segundo pontificado más largo de la historia con un total de 31 años, siete meses y 17 días, solo superado por el de San Pedro. Sus restos reposan en la Iglesia de San Lorenzo Fuori le Mura. Su proceso de beatificación fue iniciado en su fase diocesana el 11 de febrero de 1907, siendo finalmente beatificado por Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000.
Bibliografía
Acta Pii IX (Rome, 1854-78); Acta Sancta Sedis (Rome, 1865 sq.); RIANCEY, Recueil des allocutions consistoriales (Paris, 1853 sq.); Discorsi del Sommo Pont. Pio IX (Rome, 1872-8); MAGUIRE, Pius IX and his Times (Dublin, 1885); TROLLOPE, Life of Pius IX (London, 1877); SHEA, Life and Pontificate of Pius IX (New York, 1877); BRENNAN, A Popular Life of Our Holy Father Pope Pius IX (New York, 1877); O'REILLY, Life of Pius IX (New York, 1878); MCCAFFREY, Hist. of the Cath. Church in the Nineteenth Century, I (Dublin, 1909); LYONS, Dispatches resp. the condition of the Papal States (London, 1860); BALLERINI, Les Premiéres pages du pontificat de Pie IX (Rome, 1909); POUGEOIS, Histoire de Pie IX, son pontificat et son siècle (Paris, 1877-86);VILLEGRANCHE, Pie IX, sa vie, son histoire, son siècle (Paris, 1878); SAGèS, SS. Pie IX, sa vie, ses écrits, sa doctrine (Paris, 1896); ROCFER, Souvenirs d'un prélat romain sur Rome et la cour pontificale au temps de Pie IX d(Paris, 1896); VAN DUERM, Rome et la Franc-Maçconnerie (Brussels, 1896); GILLET, Pie IX, sa vie, et les actes de son pontificat (Paris, 1877); RÜTJES, Leben, wirken und leiden Sr. Heiligkeit Pius IX (Oberhausen, 1870); HÜLSKAMP, Papst Pius IX in seinem Leben und Wirken (Münster, 1875); STEPPISCHNEGG, Papst Pius IX und seine Zeit (Vienna, 1879); WAPPMANNSPERGER, Leben und Wirken des Papst Pius IX (Ratisbon, 1879); NÜRNBERGER, Papsttum und Kirchenstaat, II, III (Mainz, 1898-1900); MAROCCO, Pio IX (Turin, 1861-4); MOROSI, Vita di SS. Pio papa IX (Florence, 1885-6); BONETTI, Pio IX ad Imola e Roma-Memorie inedite di un suo famgiliare segreto (Rome, 1892); CESARE, Roma e lo stato del Papa dal ritorno di Pio IX al 20 Settembre (Rome, 1906); Sitio web de la Santa Sede http://www.vatican.va (Octubre, 2003).
MICHAEL OTT Transcribed by WGKofron Traducido por Antonio Hernández Baca
Debido a que sufría ataques epilépticos, no fue admitido y, entonces siguiendo el deseo de su madre y su propia inclinación, estudió teología en el seminario romano de 1814-18. Mientras tanto, su enfermedad cesó y pudo ser ordenado sacerdote el 10 de abril de 1819. Pío VII lo nombró director espiritual del orfanatorio popularmente conocido como "Tata Giovanni," en Roma y en 1823 lo envió como auditor del delegado apostólico ante Chile, Mons. Muzi. A su regreso, fue creado canónigo de Santa Maria in Via Lata y director del gran hospital San Michele por León XII. El mismo Papa lo nombró Arzobispo de Espoleto el 21 de mayo de 1827. En 1831 cuando 4000 revolucionarios huyeron del ejército austriaco y amenazaron con lanzarse sobre Espoleto, el arzobispo los persuadió de deponer las armas y desbandarse, indujo al comandante austriaco a perdonarlos y les dio suficiente dinero para regresar a sus hogares. El 17 de febrero de 1832, Gregorio XVI lo transfirió a la diócesis de Imola y el 14 de diciembre de 1840 fue creado cardenal presbítero con la iglesia titular de Santi Pietro e Marcellino, después de haberlo reservado in pectore desde el 23 de diciembre de 1839. Permaneció en la diócesis de Imola hasta su elevación al papado. Su gran caridad y amabilidad lo hicieron amado por la gente, mientras que su amistad con algunos revolucionarios, le ganó fama de liberal.
Su elección.
El 14 de junio de 1846, dos semanas después de la muerte de Gregorio XVI, cincuenta cardenales se reunieron en el Quirinal para el cónclave. Estaban divididos en dos bandos, los conservadores, quienes favorecían la continuidad del absolutismo en el gobierno temporal de la Iglesia y los liberales, quienes deseaban reformas políticas moderadas. Al cuarto escrutinio el 16 de junio, el cardenal Mastai-Ferreti, el candidato liberal, recibió tres votos más de los requeridos. El cardenal arzobispo de Milán, Gaysruck, llegó demasiado tarde para hacer uso del derecho de exclusión contra tal elección, otorgado por el gobierno austriaco. El nuevo papa aceptó la tiara y en memoria de Pío VII, su antiguo benefactor, tomó el nombre de Pío IX. Su coronación tuvo lugar en la Basílica de San Pedro el 21 de junio. Su elección fue recibida con júbilo por su caridad hacia los pobres. Su bonomía y su buen humor lo hicieron muy popular.
ASPECTO TEMPORAL DE SU PONTIFICADO
Dentro de los Estados Pontificios.
ASPECTO TEMPORAL DE SU PONTIFICADO
Dentro de los Estados Pontificios.
Políticas Conciliatorias (1846-1848).
La "joven Italia" clamaba por mayor libertad política. La rígida actitud de Gregorio XVI y su secretario de estado, Cardenal Lambruschini, pusieron a los estados pontificios al borde de la revolución. El nuevo papa estaba a favor de una reforma política. Su primer gran acto político fue la garantía de una amnistía general para los exiliados políticos y los prisioneros del 16 de julio de 1846. Este acto fue recibido con entusiasmo por la gente, pero muchos hombres prudentes tenían temores razonables al respecto. Algunos reaccionarios extremistas denunciaron al papa de estar confabulado con los francmasones y los carbonari. No se le ocurrió a la naturaleza amable de Pío IX que muchos de los perdonados usarían su libertad para expandir sus ideas revolucionarias. El papa, sin embargo, deseaba otorgar las reformas políticas que creía importantes para el bienestar de la gente y compatibles con la soberanía papal. El 19 de abril de 1847 anunció su intención de establecer un consejo de asesores (Consulta di Stato), compuesto de laicos de varias provincias del territorio pontificio. Esto fue seguido por el establecimiento de una guardia civil el 5 de julio y el gabinete el 29 de diciembre.
Falla de conciliación (1848-1850).
Pero entre más concesiones hacía el papa, más y más insistentes se volvían las demandas.
Clubes secretos de Roma, especialmente el "Circolo Romano”, bajo la dirección de Ciceruacchio, fanatizaban a las masas con su radicalismo y eran los verdaderos gobernantes de Roma. Espolearon a la gente para que no quedara satisfecha con nada menos que un gobierno constitucional, la entera laicización del ministerio y una declaración de guerra a la odiada y reaccionara Austria.
El 8 de febrero de 1848, una manifestación callejera obtuvo la forzada promesa del papa de un ministerio laico y el 14 de marzo se vio obligado a prometer una constitución, pero en su discurso del 29 de abril solemnemente proclamó que, como el Padre de la Cristiandad, nunca podría declarar la guerra a la católica Austria.
Manifestación tras manifestación, el papa fue denunciado por traidor a su país, su primer ministro Rossi fue apuñalado a muerte mientras bajaba los escalones de la Cancelleria, mientras había ido a inaugurar el parlamento y, al siguiente día el mismo papa fue retenido en el Quirinal. Palma, un prelado papal, quien estaba parado ante una ventana recibió un balazo y el papa fue obligado a prometer un ministerio democrático. Con la ayuda del embajador bávaro, conde Spaur y el francés, Duc D'Harcourt, Pío IX escapó del Quirinal disfrazado el 24 de noviembre y partió a Gaëta donde se le reunieron la mayoría de los cardenales. Mientras tanto, Roma era gobernada por traidores y aventureros que abolieron el poder temporal del papa el 9 de febrero de 1849 y bajo el nombre de república democrática aterrorizaron al pueblo y cometieron abusos indecibles. El papa apeló a Francia, Austria, España y Nápoles. El 29 de junio las tropas francesas al mando del general Oudinot restauraron el orden en el territorio. El 12 de abril de 1850 regresó a Roma Pío IX, para no volver a ser jamás un político liberal.
Su subsiguiente reinado (1850-1858).
El cardenal Antonelli, su secretario de estado, ejerció una notable influencia política hasta su muerte el 6 de noviembre de 1876. El reinado temporal de Pío IX, hasta la pérdida de la última de sus posesiones temporales en 1870, fue una lucha constante, por una mano contra las intrigas de los revolucionarios y por la otra contra el gobernante piamontés Víctor Emmanuel, su hábil premier Cavour y otros estadistas antipapales quienes pedían una Italia unida con Roma como su capital y el gobernante piamontés como su rey. Las dificultades políticas fueron aumentadas aún más por el doble juego de Napoleón III y la necesidad de confiar en las tropas austriacas y francesas para el mantenimiento del orden en Roma y las legaciones pontificias en el norte.
Intrigas contra los Estados Pontificios (1858-1878).
Cuando Pío IX visitó sus provincias en el verano de 1857, recibió muestras de calidez y lealtad. Pero la caída de su poder temporal fue sellada cuando, un año después, Cavour y Napoleón III se reunieron en Plombières, concertando una guerra combinada contra Austria y la consecuente extensión territorial del Reino de Cerdeña. Enviaron sus agentes a varias ciudades de los Estados Pontificios a propagar la idea de una Italia unificada. La derrota de Austria en Magenta en 1859 y el retiro de las tropas austriacas de las legaciones pontificias, inauguraron la disolución de los Estados Pontificios. La insurrección en algunas ciudades de la Romagna fue entendida como una petición de anexar su provincia al Piamonte en septiembre de 1859. El 6 de febrero de 1860, Victor Emmanuel exigió la anexión de Umbria y, cuando Pío IX se resistió a esta demanda, se apresuró a anexarla por la fuerza. Luego de derrotar a las fuerzas papales en Castelfidarde el 18 de septiembre y en Ancona el 30, privó al papa de todas sus posesiones con la excepción de Roma y sus proximidades. Finalmente, el 20 de septiembre de 1870, completó la pérdida de los territorios papales al tomar Roma y hacerla la capital de la Italia unificada. La llamada Ley de Garantías del 15 de mayo de 1871, acordó al Papa los derechos de un soberano, una remuneración de 3 ¼ millones de liras y la extraterritorialidad de algunos palacios papales en Roma, nunca fue aceptada por Pío IX y los papas se consideraron a sí mismos prisioneros hasta 1929, cuando Pío XI firmó el Tratado de Letrán con Benito Mussolini por medio del cual se creó el Estado de la Ciudad del Vaticano como un estado independiente dentro de Roma.
Fuera de los Estados Pontificios.
La pérdida de su poder temporal fue solo una de las muchas pruebas que llenaron el largo pontificado de Pío IX. Apenas si hubo algún país, católico o protestante donde no fueran violados los derechos de la Iglesia. En el Piamonte, el concordato de 1841 fue hecho a un lado, los títulos abolidos, laicizada la educación, se suprimieron los monasterios, órdenes religiosas fueron expulsadas y los obispos que se oponían a esta legislación anticlerical, fueron apresados o expulsados. En vano Pío IX protestó contra tales abusos en sus discursos de 1850, 1852, 1853 y finalmente en 1855, al publicar al mundo las numerosas injusticias que cometió el gobierno piamontés contra la Iglesia y sus representantes. En Würtemberg logró establecer un concordato con el gobierno, pero debido a la oposición de los estados protestantes, nunca fue hecho ley y fue revocado por un veto real el 13 de junio de 1861. Lo mismo ocurrió en el Gran Ducado de Baden, donde el concordato de 1859 fue abolido en 1860. Igualmente hostil hacia la Iglesia era la política de Prusia y otros estados alemanes, donde las legislaciones anticlericales alcanzaron su máximo durante el notorio Kulturkampf, inaugurado en 1873.
La "joven Italia" clamaba por mayor libertad política. La rígida actitud de Gregorio XVI y su secretario de estado, Cardenal Lambruschini, pusieron a los estados pontificios al borde de la revolución. El nuevo papa estaba a favor de una reforma política. Su primer gran acto político fue la garantía de una amnistía general para los exiliados políticos y los prisioneros del 16 de julio de 1846. Este acto fue recibido con entusiasmo por la gente, pero muchos hombres prudentes tenían temores razonables al respecto. Algunos reaccionarios extremistas denunciaron al papa de estar confabulado con los francmasones y los carbonari. No se le ocurrió a la naturaleza amable de Pío IX que muchos de los perdonados usarían su libertad para expandir sus ideas revolucionarias. El papa, sin embargo, deseaba otorgar las reformas políticas que creía importantes para el bienestar de la gente y compatibles con la soberanía papal. El 19 de abril de 1847 anunció su intención de establecer un consejo de asesores (Consulta di Stato), compuesto de laicos de varias provincias del territorio pontificio. Esto fue seguido por el establecimiento de una guardia civil el 5 de julio y el gabinete el 29 de diciembre.
Falla de conciliación (1848-1850).
Pero entre más concesiones hacía el papa, más y más insistentes se volvían las demandas.
Clubes secretos de Roma, especialmente el "Circolo Romano”, bajo la dirección de Ciceruacchio, fanatizaban a las masas con su radicalismo y eran los verdaderos gobernantes de Roma. Espolearon a la gente para que no quedara satisfecha con nada menos que un gobierno constitucional, la entera laicización del ministerio y una declaración de guerra a la odiada y reaccionara Austria.
El 8 de febrero de 1848, una manifestación callejera obtuvo la forzada promesa del papa de un ministerio laico y el 14 de marzo se vio obligado a prometer una constitución, pero en su discurso del 29 de abril solemnemente proclamó que, como el Padre de la Cristiandad, nunca podría declarar la guerra a la católica Austria.
Manifestación tras manifestación, el papa fue denunciado por traidor a su país, su primer ministro Rossi fue apuñalado a muerte mientras bajaba los escalones de la Cancelleria, mientras había ido a inaugurar el parlamento y, al siguiente día el mismo papa fue retenido en el Quirinal. Palma, un prelado papal, quien estaba parado ante una ventana recibió un balazo y el papa fue obligado a prometer un ministerio democrático. Con la ayuda del embajador bávaro, conde Spaur y el francés, Duc D'Harcourt, Pío IX escapó del Quirinal disfrazado el 24 de noviembre y partió a Gaëta donde se le reunieron la mayoría de los cardenales. Mientras tanto, Roma era gobernada por traidores y aventureros que abolieron el poder temporal del papa el 9 de febrero de 1849 y bajo el nombre de república democrática aterrorizaron al pueblo y cometieron abusos indecibles. El papa apeló a Francia, Austria, España y Nápoles. El 29 de junio las tropas francesas al mando del general Oudinot restauraron el orden en el territorio. El 12 de abril de 1850 regresó a Roma Pío IX, para no volver a ser jamás un político liberal.
Su subsiguiente reinado (1850-1858).
El cardenal Antonelli, su secretario de estado, ejerció una notable influencia política hasta su muerte el 6 de noviembre de 1876. El reinado temporal de Pío IX, hasta la pérdida de la última de sus posesiones temporales en 1870, fue una lucha constante, por una mano contra las intrigas de los revolucionarios y por la otra contra el gobernante piamontés Víctor Emmanuel, su hábil premier Cavour y otros estadistas antipapales quienes pedían una Italia unida con Roma como su capital y el gobernante piamontés como su rey. Las dificultades políticas fueron aumentadas aún más por el doble juego de Napoleón III y la necesidad de confiar en las tropas austriacas y francesas para el mantenimiento del orden en Roma y las legaciones pontificias en el norte.
Intrigas contra los Estados Pontificios (1858-1878).
Cuando Pío IX visitó sus provincias en el verano de 1857, recibió muestras de calidez y lealtad. Pero la caída de su poder temporal fue sellada cuando, un año después, Cavour y Napoleón III se reunieron en Plombières, concertando una guerra combinada contra Austria y la consecuente extensión territorial del Reino de Cerdeña. Enviaron sus agentes a varias ciudades de los Estados Pontificios a propagar la idea de una Italia unificada. La derrota de Austria en Magenta en 1859 y el retiro de las tropas austriacas de las legaciones pontificias, inauguraron la disolución de los Estados Pontificios. La insurrección en algunas ciudades de la Romagna fue entendida como una petición de anexar su provincia al Piamonte en septiembre de 1859. El 6 de febrero de 1860, Victor Emmanuel exigió la anexión de Umbria y, cuando Pío IX se resistió a esta demanda, se apresuró a anexarla por la fuerza. Luego de derrotar a las fuerzas papales en Castelfidarde el 18 de septiembre y en Ancona el 30, privó al papa de todas sus posesiones con la excepción de Roma y sus proximidades. Finalmente, el 20 de septiembre de 1870, completó la pérdida de los territorios papales al tomar Roma y hacerla la capital de la Italia unificada. La llamada Ley de Garantías del 15 de mayo de 1871, acordó al Papa los derechos de un soberano, una remuneración de 3 ¼ millones de liras y la extraterritorialidad de algunos palacios papales en Roma, nunca fue aceptada por Pío IX y los papas se consideraron a sí mismos prisioneros hasta 1929, cuando Pío XI firmó el Tratado de Letrán con Benito Mussolini por medio del cual se creó el Estado de la Ciudad del Vaticano como un estado independiente dentro de Roma.
Fuera de los Estados Pontificios.
La pérdida de su poder temporal fue solo una de las muchas pruebas que llenaron el largo pontificado de Pío IX. Apenas si hubo algún país, católico o protestante donde no fueran violados los derechos de la Iglesia. En el Piamonte, el concordato de 1841 fue hecho a un lado, los títulos abolidos, laicizada la educación, se suprimieron los monasterios, órdenes religiosas fueron expulsadas y los obispos que se oponían a esta legislación anticlerical, fueron apresados o expulsados. En vano Pío IX protestó contra tales abusos en sus discursos de 1850, 1852, 1853 y finalmente en 1855, al publicar al mundo las numerosas injusticias que cometió el gobierno piamontés contra la Iglesia y sus representantes. En Würtemberg logró establecer un concordato con el gobierno, pero debido a la oposición de los estados protestantes, nunca fue hecho ley y fue revocado por un veto real el 13 de junio de 1861. Lo mismo ocurrió en el Gran Ducado de Baden, donde el concordato de 1859 fue abolido en 1860. Igualmente hostil hacia la Iglesia era la política de Prusia y otros estados alemanes, donde las legislaciones anticlericales alcanzaron su máximo durante el notorio Kulturkampf, inaugurado en 1873.
Los violentos ataques cometidos en Suiza en contra de los obispos y el clero fueron solemnemente denunciados por el papa en su Carta Encíclica del 21 de noviembre de 1873 y, como respuesta, el internuncio papal fue expulsado en enero de 1874. El concordato que había concluido con Rusia, fue letra muerta y se cometieron horribles crueldades contra los católicos luego de la insurrección polaca de 1863 y se rompieron las relaciones con Roma en 1866. La legislación anticlerical en Colombia fue denunciada en su alocución del 27 de septiembre de 1852 y de nuevo, junto con la de México el 30 de septiembre de 1861. Se logró un concordato muy favorable para la Iglesia con Austria, pero la agitación protestante contra el concordato era tan fuerte, que el emperador se vio forzado a ratificar el matrimonio civil y las escuelas de leyes el 25 de marzo de 1868. En 1870, el concordato fue abolido por el gobierno austriaco y en 1874, las leyes fueron promulgadas, con lo que quedaban todos los asuntos eclesiásticos, menos la administración interna en manos del gobierno.
Con España, Pío IX concluyó un satisfactorio concordato el 16 de marzo de 1851 (Nussi, 281-297; “Acta Pii IX,” I, 293-341). Fue complementado por varios artículos el 25 de noviembre de 1859 (Nussi, 341-5), Otros concordatos satisfactoriamente concluidos por Pío IX fueron aquéllos con:
Portugal en 1857 (Nussi, 318-21); Costa Rica, y Guatemala, 7 Oct., 1852 (Ib., 297-310); Nicaragua, 2 Nov., 1861 (Ib., 361-7); El Salvador, y Honduras, 22 Abril, 1862 (Ib., 367-72; 349); Haití, 28 Marzo, 1860 (Ib., 346-8); Venezuela, 26 Julio, 1862 (Ib., 356-61); Ecuador, 26 Sep., 1862 (Ib., 349-56).
ASPECTOS RELIGIOSOS DE SU PONTIFICADO
Sus mayores logros fueron de carácter puramente eclesiástico y religioso.
Con España, Pío IX concluyó un satisfactorio concordato el 16 de marzo de 1851 (Nussi, 281-297; “Acta Pii IX,” I, 293-341). Fue complementado por varios artículos el 25 de noviembre de 1859 (Nussi, 341-5), Otros concordatos satisfactoriamente concluidos por Pío IX fueron aquéllos con:
Portugal en 1857 (Nussi, 318-21); Costa Rica, y Guatemala, 7 Oct., 1852 (Ib., 297-310); Nicaragua, 2 Nov., 1861 (Ib., 361-7); El Salvador, y Honduras, 22 Abril, 1862 (Ib., 367-72; 349); Haití, 28 Marzo, 1860 (Ib., 346-8); Venezuela, 26 Julio, 1862 (Ib., 356-61); Ecuador, 26 Sep., 1862 (Ib., 349-56).
ASPECTOS RELIGIOSOS DE SU PONTIFICADO
Sus mayores logros fueron de carácter puramente eclesiástico y religioso.
Batalla contra el falso liberalismo.
Es sorprendente el valor con el que peleó, en medio de muchas y graves pruebas, contra el falso liberalismo, el cual amenazaba con destruir la esencia de la fe y la religión. En su Encíclica “Quanta Cura” del 8 de diciembre de 1864, condenó dieciséis proposiciones que tocaban errores en la época. Esta encíclica fue acompañada por el famoso “Syllabus errorum,” una tabla de ocho proposiciones previamente censuradas que caían en panteísmo, naturalismo, racionalismo, indiferentismo, socialismo, comunismo, francmasonería y varios tipos de liberalismo religioso. A pesar de los malentendidos que se combinaban con malicia para representar al Syllabus como una guía de cerradez religiosa y cobarde servilismo a la autoridad papal, dio un inestimable servicio a la Iglesia y a la sociedad en general al desenmascarar el falso liberalismo que había empezado a derramar su sutil veneno en el mero centro del Catolicismo.
Previamente, el 8 de enero de 1857, había condenado los escritos filosófico-teológicos de Günther y, en muchas ocasiones abogó por un regreso a la filosofía y teología de Sto. Tomás.
Su promoción de la vida interna de la Iglesia.
Durante toda su vida fue muy devoto de la Santísima Virgen. Ya por 1849, cuando estaba en el exilio en Gaëta, envió cartas a los obispos de la Iglesia, pidiéndoles sus puntos de vista con respecto a la Inmaculada Concepción y, el 8 de Diciembre de 1854, en presencia de más de 200 obispos, proclamó la Inmaculada Concepción de la Virgen María como un dogma de fe de la Iglesia. También promovió la devoción al Sagrado Corazón y el 23 de septiembre de 1856 y el 23 de septiembre de 1856, extendió su festividad a todo el mundo con el rito de un doble mayor. A su instancia, el mundo católico fue consagrado al Sagrado Corazón de Jesús el 16 de junio de 1875. También promovió la vida interna de la Iglesia por medio de muchas regulaciones litúrgicas importantes, varias reformas monásticas y especialmente por un numero sin precedentes de beatificaciones y canonizaciones.
Convocatoria del Concilio Vaticano.
El 29 de junio de 1869, publicó la Bula “Æterni Patris,” convocando el Concilio Vaticano, el cual inauguró en la presencia de 700 obispos el 8 de diciembre de 1869. Durante su cuarta sesión solemne, el 18 de Julio de 1870, la infalibilidad papal fue hecha un dogma de fe. (Ver CONCILIO VATICANO I).
Nombramientos y fundaciones.
El sano y extenso crecimiento de la Iglesia durante su pontificado se debió principalmente a su generosidad. Nombró para las posiciones eclesiásticas importantes solo a aquéllos que fueran famosos tanto por su piedad como por su sabiduría. Entre los grandes cardenales que creó estuvieron: Wiseman y Manning de Inglaterra; Cullen de Irlanda; McCloskey de los Estados Unidos; Diepenbrock, Geissel, Reisach y Ledochowski de Alemania; Rauscher y Franzelin de Austria; Mathieu, Donet, Gousset y Pita de Francia. El 29 de septiembre de 1850, reestableció la jerarquía católica en Inglaterra erigiendo la Arquidiócesis de Westminster, con las doce Sedes sufragáneas de Beverley, Birmingham, Clifton, Hexham, Liverpool, Newport y Menevia, Northampton, Nottingham, Plymouth, Salford, Shrewsbury y Southwark. La amplia conmoción causada por este acto entre los fanáticos ingleses, fomentada por el Primer Ministro Russel y el London Times, temporalmente amenazó en resultar en una abierta persecución a los católicos. El 4 de marzo de 1853, restauró la jerarquía católica en Holanda erigiendo la Arquidiócesis de Utrecht y las cuatro Sedes sufragáneas de Haarlem, Bois-le-Duc, Roermond y Breda. (Ver INGLATERRA y HOLANDA).
Animó la conveniencia de los sínodos provinciales y diocesanos en varios países y estableció en Roma el Colegio Latinoamericano en 1853 y el Colegio de los Estados Unidos de América, sufragando él mismo los gastos, en 1859.
Muerte
Pío IX logró vivir lo suficiente para presenciar la muerte de su antiguo adversario, Víctor Manuel II de Italia en enero de 1878. Tan pronto como se enteró de la gravedad de la situación del rey, Pío IX lo absolvió de todas las excomuniones y otras penas eclesiásticas. El propio Pío IX murió un mes después, el 7 de febrero de 1878 a las 5:40 de la tarde, de una epilepsia que dio lugar a un repentino ataque al corazón, mientras rezaba el rosario con sus colaboradores
Sus últimas palabras fueron: «Guarda la Iglesia a la que tanto amé y sagradamente», según lo registrado por los cardenales de rodillas al lado de su cama
Su cuerpo fue enterrado inicialmente en las grutas vaticanas, pero se trasladó en procesión la noche del 13 de julio de 1881 a la Basílica de San Lorenzo Extramuros, tal y como él mismo había señalado en su testamento. Cuando el cortejo se acercaba al río Tíber, un grupo de romanos anticlericales amenazó con lanzar el ataúd al río. Solo la llegada de un contingente de la milicia libró al cuerpo de Pío IX de semejante acto.15
Durante casi treinta años, los restos de Pío IX descansaron en un sepulcro construido por Raffaele Cattaneo (it), cuya lápida ostentaba la frase «Ossa et cineres Pii IX papae. Orate pro eo» («Huesos y cenizas del papa Pío IX. Rogad por él»). El 28 de junio de 1956, se llevó a cabo la exhumación del cuerpo para verificar su incorruptibilidad, tras la cual fue reubicado en una capilla próxima al altar de la basílica de San Lorenzo para veneración pública.
Conclusión.
El suyo fue el segundo pontificado más largo de la historia con un total de 31 años, siete meses y 17 días, solo superado por el de San Pedro. Sus restos reposan en la Iglesia de San Lorenzo Fuori le Mura. Su proceso de beatificación fue iniciado en su fase diocesana el 11 de febrero de 1907, siendo finalmente beatificado por Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000.
Bibliografía
Acta Pii IX (Rome, 1854-78); Acta Sancta Sedis (Rome, 1865 sq.); RIANCEY, Recueil des allocutions consistoriales (Paris, 1853 sq.); Discorsi del Sommo Pont. Pio IX (Rome, 1872-8); MAGUIRE, Pius IX and his Times (Dublin, 1885); TROLLOPE, Life of Pius IX (London, 1877); SHEA, Life and Pontificate of Pius IX (New York, 1877); BRENNAN, A Popular Life of Our Holy Father Pope Pius IX (New York, 1877); O'REILLY, Life of Pius IX (New York, 1878); MCCAFFREY, Hist. of the Cath. Church in the Nineteenth Century, I (Dublin, 1909); LYONS, Dispatches resp. the condition of the Papal States (London, 1860); BALLERINI, Les Premiéres pages du pontificat de Pie IX (Rome, 1909); POUGEOIS, Histoire de Pie IX, son pontificat et son siècle (Paris, 1877-86);VILLEGRANCHE, Pie IX, sa vie, son histoire, son siècle (Paris, 1878); SAGèS, SS. Pie IX, sa vie, ses écrits, sa doctrine (Paris, 1896); ROCFER, Souvenirs d'un prélat romain sur Rome et la cour pontificale au temps de Pie IX d(Paris, 1896); VAN DUERM, Rome et la Franc-Maçconnerie (Brussels, 1896); GILLET, Pie IX, sa vie, et les actes de son pontificat (Paris, 1877); RÜTJES, Leben, wirken und leiden Sr. Heiligkeit Pius IX (Oberhausen, 1870); HÜLSKAMP, Papst Pius IX in seinem Leben und Wirken (Münster, 1875); STEPPISCHNEGG, Papst Pius IX und seine Zeit (Vienna, 1879); WAPPMANNSPERGER, Leben und Wirken des Papst Pius IX (Ratisbon, 1879); NÜRNBERGER, Papsttum und Kirchenstaat, II, III (Mainz, 1898-1900); MAROCCO, Pio IX (Turin, 1861-4); MOROSI, Vita di SS. Pio papa IX (Florence, 1885-6); BONETTI, Pio IX ad Imola e Roma-Memorie inedite di un suo famgiliare segreto (Rome, 1892); CESARE, Roma e lo stato del Papa dal ritorno di Pio IX al 20 Settembre (Rome, 1906); Sitio web de la Santa Sede http://www.vatican.va (Octubre, 2003).
MICHAEL OTT Transcribed by WGKofron Traducido por Antonio Hernández Baca
Pío IX | ||
---|---|---|
Fotografiado por Adolphe Braun el 13 de mayo de 1875 | ||
Papa de la Iglesia católica | ||
16 de junio de 1846-7 de febrero de 1878 | ||
Predecesor | Gregorio XVI | |
Sucesor | León XIII | |
Otros títulos |
| |
Información religiosa | ||
Ordenación sacerdotal | 10 de abril de 1819 por Fabrizio Sceberras Testaferrata | |
Ordenación episcopal | 3 de junio de 1827 por Francesco Saverio Castiglione | |
Proclamación cardenalicia | 14 de diciembre de 1840 por Gregorio XVI | |
Iglesia | Católica | |
Culto público | ||
Beatificación | 3 de septiembre de 2000 por Juan Pablo II | |
Festividad | 7 de febrero | |
Santuario | Basílica de San Lorenzo Extramuros | |
Información personal | ||
Nombre | Giovanni Maria Mastai Ferretti | |
Nacimiento | 13 de mayo de 1792 Senigallia, Estados Pontificios | |
Fallecimiento | 7 de febrero de 1878 (85 años) Roma, Italia | |
Alma máter | Pontificia Universidad Gregoriana | |
Firma | ||
Crux de Cruce1 |