(* Roma, (¿?) – † octubre de 955).
Papa n.º 129 de la Iglesia católica de 946 a 955.
Sucedió a Marino II, ocupó el solio pontificio del 946 al 955. Su sucesor fue Juan XII. Nació en Roma y ocupó el número 132 en la cronología de los pontífices romanos. Combatió la pornocracia, es decir, el gobierno de las mujeres de mala conducta.
Otón el Grande le ayudó en su empresa. Este pontífice, muy inteligente y con mucha iniciativa, procuró reconciliar a Alberico con el rey Hugo, y sostuvo los derechos del pontificado sobre las iglesias del imperio contra las pretensiones de los reyes.
En un concilio que reunió en Ingelheim restableció a Artando, obispo de Reims, que había sido despojado de su silla a pesar de estar presentes los reyes Otón y Luis. En las contiendas entre Otón y Berenguer II, se puso de parte de Berenguer primero y de Otón después, pero cedió a la influencia de Alberico, negándose a coronar a Otón en Roma.
Fue elegido papa, al igual que su predecesor, por disposición del príncipe y senador romano Alberico II quien, al igual que su madre Marozia, sometió durante décadas a los pontífices a su voluntad.
Texto extraido de http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=agapito-ii-papa
Durante su pontificado, en 947 falleció Hugo de Arlés cuando ya había abdicado como rey de Italia en su hijo Lotario. Este muere envenenado, en 950, por Berengario II de Ivrea quien se hizo coronar rey de Italia junto a su hijo Adalberto y, para afianzar su posición, quiso casar a este con la viuda de Lotario, Adelaida de Borgoña.
Adelaida pidió auxilio al rey alemán Otón I quien, en 951 entró en Italia, y en Pavía se hizo proclamar rey de los francos y los lombardos y se casó con Adelaida. Ante esto, Berengario cedió y aceptó rendirle vasallaje, por lo que fue reconocido como rey de Italia.
Otón I perseguía con su intervención en Italia que el papa Agapito II lo coronara emperador. Pero Alberico se opuso y obligó al Papa a enviar una embajada al rey alemán en la que le comunicaba su negativa a la coronación imperial.
Esta prueba de fuerza por parte de Alberico II no será la última ya que, antes de fallecer en 954, hizo jurar al pueblo romano y al papa Agapito que al fallecer este sería elegido como pontífice su propio hijo Octaviano.
Un año después, en diciembre de 955, falleció Agapito II.
Papa n.º 129 de la Iglesia católica de 946 a 955.
Sucedió a Marino II, ocupó el solio pontificio del 946 al 955. Su sucesor fue Juan XII. Nació en Roma y ocupó el número 132 en la cronología de los pontífices romanos. Combatió la pornocracia, es decir, el gobierno de las mujeres de mala conducta.
Otón el Grande le ayudó en su empresa. Este pontífice, muy inteligente y con mucha iniciativa, procuró reconciliar a Alberico con el rey Hugo, y sostuvo los derechos del pontificado sobre las iglesias del imperio contra las pretensiones de los reyes.
En un concilio que reunió en Ingelheim restableció a Artando, obispo de Reims, que había sido despojado de su silla a pesar de estar presentes los reyes Otón y Luis. En las contiendas entre Otón y Berenguer II, se puso de parte de Berenguer primero y de Otón después, pero cedió a la influencia de Alberico, negándose a coronar a Otón en Roma.
Fue elegido papa, al igual que su predecesor, por disposición del príncipe y senador romano Alberico II quien, al igual que su madre Marozia, sometió durante décadas a los pontífices a su voluntad.
Texto extraido de http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=agapito-ii-papa
Durante su pontificado, en 947 falleció Hugo de Arlés cuando ya había abdicado como rey de Italia en su hijo Lotario. Este muere envenenado, en 950, por Berengario II de Ivrea quien se hizo coronar rey de Italia junto a su hijo Adalberto y, para afianzar su posición, quiso casar a este con la viuda de Lotario, Adelaida de Borgoña.
Adelaida pidió auxilio al rey alemán Otón I quien, en 951 entró en Italia, y en Pavía se hizo proclamar rey de los francos y los lombardos y se casó con Adelaida. Ante esto, Berengario cedió y aceptó rendirle vasallaje, por lo que fue reconocido como rey de Italia.
Otón I perseguía con su intervención en Italia que el papa Agapito II lo coronara emperador. Pero Alberico se opuso y obligó al Papa a enviar una embajada al rey alemán en la que le comunicaba su negativa a la coronación imperial.
Esta prueba de fuerza por parte de Alberico II no será la última ya que, antes de fallecer en 954, hizo jurar al pueblo romano y al papa Agapito que al fallecer este sería elegido como pontífice su propio hijo Octaviano.
Un año después, en diciembre de 955, falleció Agapito II.