(* Roma, (¿?) – † 13 de julio de 939).
Papa n.º 126 de la Iglesia católica de 936 a 939.
Fue precedido por Juan XI, y sucedido por Esteban VIII12
(936-939) Nació en Roma. Elegido el 3.I.936, murió el 13.VII.939. Reformó y reorganizó el monaguismo, haciendo reedificar el antiguo Cenobio cerca de la Iglesia de San Pablo fuera de las Murallas de Roma. Escribió a los Obispos de Francia y Alemania en contra del fenómeno de los brujos y adivinos.
Tras las muerte de Juan XI, su hermanastro Alberico II hizo elegir nuevo papa a León VII, un monje benedictino que se plegaría totalmente a los deseos de su protector al igual que en los decenios anteriores lo hicieron sus predecesores con Marozia, la madre de Alberico.
Así intervino mediando entre su protector Alberico y Hugo de Arlés, el tercer marido de Marozia, que como rey de Italia le disputaba el poder sobre Roma. León VII convenció a Odón, el abad de Cluny, para que se desplazara a Roma e interviniera en la disputa, que se solucionó con el matrimonio entre Alberico y la hija de Hugo, Alda.
Esta visita de Odón a Roma fue aprovechada por este para convencer al Papa y a Alberico para que le prestaran su apoyo en la reorganización del monacato que pretendía llevar a cabo, no sólo en la zona de Borgoña, donde se situaba la abadía, sino en toda Europa.
Nombró vicario apostólico y legado pontificio, en Alemania, al arzobispo de Maguncia, Federico, a quien prohibió que bautizara a la fuerza a los judíos alemanes aunque le autorizó a que los expulsara de las ciudades si rehusaban dicho sacramento.