Esteban VI´ó VII
(* Roma, (¿?) – † 14 de agosto de 897)
fue el 113.er papa de la Iglesia católica, de 896 a 897.
Primeros años
Nació en Roma, era hijo de un sacerdote de nombre Juan, pero se desconoce su nombre verdadero y la fecha del nacimiento. Fue nombrado Obispo de Anagni por el Papa Formoso, y posteriormente elegido Sumo Pontífice el 22 de mayo de 896, como sucesor de Bonifacio VI, tras la influencia ejercida por una de las más poderosas familias romanas, la casa de Spoleto a quien accedió apoyar en su sed de venganza hacia el fallecido Papa Formoso.
Pontificado
Al igual que su predecesor, Bonifacio VI, fue elegido papa con el apoyo del rey de Italia y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Lamberto de Spoleto, quien tras ser expulsado de Roma por Arnulfo pudo retomar la ciudad tras la marcha de este debido a su estado de salud y a los problemas internos que surgían en su propio reino.
Al ser elegido ocupaba como obispo la diócesis de Anagni por nombramiento del papa Formoso, y tras su elección ordenó exhumar el cadáver de este para someterlo a juicio en un concilio que reunió a tal fin y que ha pasado a la historia como el “Concilio cadavérico” o “Sínodo del terror”.
En un principio demostró este papa que aprobaba la conducta seguida por Formoso al coronar a Arnulfo de Alemania, pues también él le reconoció emperador en una bula que cita Muratori. Aun sin ánimo de discutir este documento suyo, hay que tener en cuenta que Esteban dependía de su partido y que al mismo había de obedecer ciega y fatalmente. El poderío de Lamberto, que volvió a entrar en Pavía, y las artimañas de la furiosa Ageltruda le llevaron a reconocer como único emperador al hijo de ésta, Lamberto de Spoleto, y la orden del juicio contra la memoria de Formoso, aunque éste le había consagrado obispo.
En dicho concilio, celebrado en febrero o marzo de 897 bajo su presidencia en la Basílica Constantiniana se procedió a revestir el cadáver de Formoso de los ornamentos papales y se le sentó en un trono para que escuchara las acusaciones. La principal de las cuales fue que siendo obispo de una diócesis, la de Porto, la había dejado para ocupar como Papa la diócesis de Roma.
Encontrado culpable se declaró inválida su elección como Papa y se anularon todas los actos y ordenaciones de su papado, lo que le permitió a Esteban VI no poder ser acusado del mismo cargo que Formoso ya que, al declararse nula su ordenación como obispo, no infringió la norma que le impedía ocupar la diócesis de Roma. Sin embargo, se decidió que cuantos hubiesen recibido las sagradas órdenes de manos de Formoso habían de ser ordenados de nuevo.
A continuación se despojó el cadáver de sus vestiduras, se le arrancaron de la mano los tres dedos con la que los latinos acostumbran a bendecir, luego fue arrastrado por las calles de Roma y entre los aullidos del populacho fue arrojado al río Tíber tras ser quemado.
El pueblo romano al conocer los hechos prendió a Esteban VI en el palacio laterano. Encarcelado, fue estrangulado el 14 de agosto de 897.
Sergio, amigo de Esteban e irreconciliable adversario de Formoso, al subir al pontificado le levantó un mausoleo en San Pedro, con una inscripción en la que se insulta todavía la memoria de Formoso y se narra el trágico fin de Esteban.
Notas
En listados previos a 1961, este papa aparece como Esteban VII en lugar de Esteban VI. La confusión se debe a que algunos autores toman en cuenta la elección, tras la muerte del papa Zacarías, de un sacerdote romano que adoptó el nombre de Esteban II, pero que murió tres días después, el 24 de marzo de 752. Para más información consulte el artículo Esteban II (papa efímero).