San Felix III Papa

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San Félix III (II): Roma; Marzo 13, 483 - Marzo 1, 492. Nació en roma. Elegido el 13.III.483, murió el 1.III.492. Trató de establecer la paz en Oriente. Tuvo hijos uno de los cuales fue el padre del famoso San Gregorio Magno. Fue considerado erróneamente Félix II un santo mártir.

S. FELIX III (483-492) Nació en Roma, en el seno de la noble familia Anicia. Fue elegido por propuesta de Odoacro. Intentó devolver la sede de Roma a los mismos niveles del papado de León. Para ello envió dos obispos a Constantinopla, para que pidieran explicaciones acerca del comportamiento del patriarca Acacio que, amparado por Zenón, había depuesto al obispo de Alejandría. Acacio corrumpió a los dos obispos que no llevaron a cabo su misión, y por ello Félix les destituyó y excomulgó. También Acacio fue excomulgado por no haber tenido en cuenta la palabra del pontífice romano, dando lugar de esta forma al primer cisma, que duró 35 años.

Sin embargo Félix tuvo una actitud más benévola con Zenón, y al fin y al cabo fue paternal y comprensivo, limitándose a invitarle a seguir la voluntad de los legítimos obispos, si no quería ir contra la voluntad divina y salvar su alma.

Es el primer papa que, dirigiéndose al emperador, le llama "hijo". Zenón no siguió el consejo, dando además muestras de molestia por esta intervención y por este trato familiar. Hasta tal punto que empujó a Teodorico, rey de los Ostrogodos, a actuar contra Odoacro, amigo y protector de Félix. La operación resultó exitosa: Teodorico se convertiría en rey de Italia, en su lugar, pero ya habrían muerto tanto Félix como Zenón. Félix es el único papa que está enterrado en la basílica de S. Pablo Extramuros.

Nace de una familia senatorial romana, y se dice que es descendiente de San Gregorio el Magno. Sobre la vida de Félix nada se conoce con certeza hasta que en 483 sucede a San Simplicito en la Cátedra de San Pedro. En este tiempo la Iglesia estaba en medio de su largo conflicto con la herejía de Eutiques. El año anterior el Emperador Zenón decreta el Henoticon (o instrumento de unión), donde declara que ningún símbolo de la fe debe de ser recibido, exceptuando el de Nicea con las adiciones del 381. Lo hizo según las sugestiones de Acacio, el perfidioso Patriarca de Constantinopla. El edicto trataba de sellar la reconciliación entre los católicos y los eutiquianitas, pero causa más conflictos que nunca y divide la Iglesia Oriental en tres o cuatro facciones.

Mientras los Católicos en todas partes rechazaban el edicto, el Emperador removía a los Patriarcas de Antioquia y Alejandría de sus Sedes. Pedro el Batanero, un notorio hereje, nuevamente infringe en la Sede de Antioquia, y Pedro III (“Peter Mongus”), quien era el verdadero causante de las dificultades durante el pontificado de Félix, tomaba la sede de Alejandría. En su primer sínodo Félix excomulga a Pedro el Batanero, al que Acacio ya había condenado en un sínodo en Constantinopla. En 484, Félix excomulga a Pedro III, acto que causa un cisma entre Occidente y Oriente que no fue sanado por treinta y cinco años. Este Pedro, siendo oportunista y de ingeniosa disposición, se congracia con el emperador y con Acacio, al suscribírse al Henoticon. Y para el desagrado de muchos obispos Acacio nuevamente lo admite en comunión.

Félix, habiendo convenido un sínodo, envía legados al emperador y a Acacio, pidiéndoles que expulsaran a Pedro III de Alejandría y que Acacio personalmente fuera a Roma a explicar su conducta. Los legados fueron detenidos y encarcelados. Posteriormente, incitados mediante amenazas y promesas, entran en comunión con los herejes al distintivamente mencionar el nombre de Pedro III en la lectura de los trisagios litúrgicos. Cuando Simeón, uno de los monjes de Acaemeti, informa en Roma la traición, Félix convoca un sínodo de setenta y siete obispos en la Basílica de Letrán, donde Acacio y los legados papales son excomulgados. Apoyado por el emperador, Acacio ignora la excomunión, remueve el nombre del Papa de los trisagios litúrgicos y permanece en su Sede hasta su muerte, evento que sucede uno o dos años después.

Flaviano, su sucesor, envía mensajeros a Félix asegurándole que no estaría en comunión con Pedro III. Pero al Papa percatarse que esto no era cierto, continua el cisma. Eutimio, el sucesor de Flaviano, al morir Pedro III también procura la comunión con Roma. Pero el Papa se rehúsa, ya que Eutimio no removía los nombres de sus dos predecesores de los trisagios litúrgicos. Este cisma, conocido como el cisma de Acacio, no fue sanado hasta el 518 durante el reino de Justiniano.

En África los vándalos arrianos, Genserico y su hijo Hunerico, han perseguido la Iglesia por mas de 50 años y expulsan a muchos católicos al exilio. Cuando se restaura la paz, muchos de aquellos que por temor cayeron en la herejía y habían sido rebautizados por los arrianos deseaban retornar a la Iglesia. Al ser rechazados por los que estuvieron firmes, apelaron a Félix. En 487 este convoca un sínodo y envía una carta a los obispos de África estipulando las condiciones para el retorno de estos. Félix muere el 492, habiendo reinado ocho años, once meses y veintidós días.

 The Catholic Encyclopedia, Volume I
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