San Marcelino (296-304)

29 -San Marcelino: Roma; Junio 30, 296 - Octubre 25, 304. Nació en Roma. Mártir. Elegido el 30.VI.296, murió el 25.X.304. La persecución del Emperador Diocleciano alcanzó el máximo grado de violencia quemando iglesias y textos sagrados. Entre las víctimas S. Lucía, S, Inés, Santa Bibiana, S, Sebastián, San Luciano.
S. MARCELINO (296-304) Nació en Roma. Fue pontífice cuando Diocleciano desató la décima persecución contra los cristianos. Ésta fue total. No hubo sector en el que ellos no fueran blancos: además de darles muerte, eran exiliados, se les excluía de los cargos y de las oficinas públicas, y se les expropiaban sus bienes. Las iglesias fueron destruidas, los textos sagrados quemados. Muchos fueron los mártires ilustres de esa época.


Marcelino fue acusado por los herejes donatistas de haber ofrecido un sacrificio a los ídolos para eludir la muerte. Pero la acusación era falsa. Sufrió el martirio el día de Navidad del año
304. Sus restos están custodiados en la iglesia romana de los SS. Apóstoles.

Hijo de un tal Proyecto, fue elegido papa bajo el reinado del emperador Diocleciano, quien, influenciado por las creencias cristianas de su esposa, tuvo en un primer momento un tratamiento benévolo hacía los cristianos.

Esta situación cambió cuando, en febrero de 303, el emperador Diocleciano persuadido por su césar Galerio, emitió un edicto contra la cristiandad por el que se expulsaba a los cristianos del ejercito, se confiscaron las propiedades de la Iglesia cerrándose o destruyéndose sus templos, se profanaron y quemaron los libros y vasos sagrados para, finalmente, tras dos incendios en el palacio del emperador cuya autoría se atribuyó a los cristianos, sentenciar a muerte a los que no apostataran de su fe.


Durante esta persecución Marcelino fue acusado por los donatistas de haber ofrecido sacrificios e incienso a los dioses paganos y de haber entregado los libros sagrados a las autoridades romanas. Estas acusaciones fueron posteriormente rebatidas por San Agustín.

Aunque la tradición cristiana lo considera mártir tras ordenar Diocleciano que fuera decapitado, Marcelino no figura como tal ni en el Martyrologium hieronymianum, ni en el Depositio episcoporum, ni en el Depositio martyrus.