Santa Hildegarda de Bingen

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Santa Hildegarda nació en 1098 en Bermersheim, cerca de Maguncia, Alemania. A los 6 años comenzó a tener visiones que siguieron durante el resto de su vida. Sus padres consideraron que Hildegarda debía ser dedicada al servicio de Dios y a los ocho años la entregaron para su formación a Jutta, mujer que  vivía en una pequeña casita adosada al monasterio de los monjes benedictinos. Jutta instruyó a la joven en la fe, y la enseñó a leer y escribir.

 La reputación de la santidad de Jutta y de su alumna pronto se extendió por la región y otros padres ingresaron a sus hijas en lo que se convertiría en un pequeño convento benedictino agregado al monasterio de Disibodenberg.  A la edad de 15 años, Hildegarda profesó como monja en este lugar. Cuando Jutta murió en 1136, Hildegarda fue elegida abadesa de la comunidad. En el año 1141, Hildegarda comenzó a escribir su obra principal con sus  visiones.

 En 1147 fundó el primer monasterio de mujeres que no dependía de uno de varones, en Rupertsberg. Escribió numerosas obras musciales y una obra sobre medicina de la naturaleza. Fue la única mujer a quien la Iglesia permitió predicar al pueblo y al clero en templos y plazas, realizó al menos cuatro grandes viajes fuera del convento para predicar. Además era consultada como gran consejera por reyes y gente muy importante.